Nuestra salud dental: La dentina

La dentina es uno de los tejidos más duros de nuestro cuerpo, y conforma la capa interna de nuestros dientes. Tiene un color amarillento y posee una gran dureza, en la parte superior está recubierta por el esmalte mientras que en la inferior la protege el denominado cemento.

Es la capa que otorga su color al diente, puesto que el esmalte es translúcido, por lo que cumple una importante función estética.

Una de sus funciones más importantes es la de proteger la pulpa dental, zona en la que encontramos los vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas de nuestros dientes.
Además contiene diferentes túbulos dentinarios, que son canales diminutos que conectan nuestro esmalte con la pulpa.

A causa de ello, sufrimos un intenso dolor dental cada vez que la dentina es expuesta a estímulos externos. Es lo que llamamos: sensibilidad dental.

Diferentes tipos de dentina

Existen tres tipos distintos de dentina:

• La dentina primaria: la primera enformarse y encargada de delimitar la pieza de la cámara pulpar.
• La dentina secundaria: un tipo de dentina que no deja de formarse continuamente durante toda la vida de la pieza.
• La dentina terciaria: encargada de proteger la pulpa cuando aparece cualquier tipo de lesión, las más habituales son las caries.

Los problemas relacionados con la dentina suelen devenir de otras zonas. Los más habituales son aquellos ocasionados por desgaste dental a causa de la edad, el bruxisimo o fuerzas oclusales.

Este tipo de problemas hace que la dentina quede expuesta a estímulos externos y que suframos por tanto un fuerte dolor muy localizado, especialmente cuando ingerimos comidas o bebidas muy frías, muy calientes o especialmente picantes.

En lo referente a problemas estéticos, como ya hemos mencionado, la dentina es la encargada de dotar de color a nuestros dientes. Cuando el esmalte pierde el grosor, la dentina se vuelve más visible y por consiguiente la dentadura pierde su color blanco.

Igualmente, la pérdida de grosor en nuestros dientes, hace que estos resulten más frágiles y por tantos corran un mayor riesgo de fisuras o fracturas.