El mal aliento es un problema que puede devenir por muy diferentes motivos. Buena parte de ellas son de origen oral, en las que nos centraremos hoy, pero existen otras que son extra orales y que son ocasionadas por problemas en el aparato respiratorio o en el tubo digestivo por ejemplo.
A pesar de que cada vez está más extendida la sensibilización sobre la necesidad de tener una buena higiene bucal, si es cierto que la halitosis sigue dándose en algunas personas, y es recomendable visitar a nuestro experto bucodental para conocer la causa de este problema.
El dentista consultará su historial médico y dental y realizará un examen de la boca gracias al cual se podrá identificar el problema y su origen. Este puede estar en el abuso del alcohol o el tabaco, boca seca, una mala higiene bucal, diabetes o peridontitis, entre otras.
Una buena higiene bucal, como mencionábamos anteriormente, es fundamental para evitar o eliminar el mal aliento. Para ello debemos limpiarnos correctamente la boca utilizando un cepillo que se adapte a nuestras necesidades y una buena pasta de dientes antibacteriana. No debemos olvidar cepillar nuestra lengua para eliminar bacterias. Usar hilo dental también ayudará a acabar con cualquier resto de alimentos entre nuestros dientes.
El mal aliento puede ser transitorio, como por ejemplo el que suele darse al despertar a causa de la reducción del flujo salival en las horas en las que estamos durmiendo o el que deviene de comer cierto tipo de alimentos como el ajo o la cebolla. Los métodos de higiene tradicional acaban con este tipo problemas.
Pero también puede ser persistente, en cuyo caso necesitaremos de un tratamiento específico y de un diagnóstico.
Existen ciertos consejos que pueden ayudarnos a prevenir la halitosis, como son:
Aun así, insistimos que el mejor remedio para prevenir el mal aliento, es establecer unas buenas rutinas de higiene bucal. En caso de que aun así sigas sufriendo este problema, trata de realizar cambios en tu estilo de vida y no dejes de consultar a un especialista.