El mal sabor de boca ocasional es algo muy común, particularmente tras la ingesta de algunos alimentos o por las mañanas tras despertarnos. En estos casos, lo normal es que remita taras el cepillado dental.
¿Pero qué ocurre si este episodio se vuelve en algo más recurrente? En esos casos deberemos buscar las causas y soluciones para evitar males mayores.
En general, son muchos los casos que se quejan de tener un sabor de boca metálico continuado, y esto puede tener orígenes de lo más variado: desde un mal cepillado dental hasta temas más graves como enfermedades gástricas o sistémicas. Vamos a repasar las más comunes.
Hemos hablado en múltiples ocasiones de la importancia de un correcto cepillado dental y de una buena rutina de higiene.
Estos procesos diarios ayudan a eliminar los restos de comida y la placa bacteriana, y por tanto, si no los llevamos a cabo o los realizamos de forma incorrecta, acumularemos en nuestra cavidad oral todo tipo de bacterias con consecuencias muy negativas:
Estas circunstancias, ocasionan por tanto un mal sabor de boca molesto que puede solucionarse visitando a nuestro especialista.
El síndrome de la boca seca, que ya tratamos en un artículo anterior en este mismo blog, es otra de las causas más habituales del mal sabor de boca.
Las personas con xerostomía, presentan un mayor cúmulo de bacterias en boca, lo que se traduce en el mencionado mal sabor de boca regular.
Las mujeres embarazadas o durante la menstruación, debido a los grandes cambios hormonales por la mayor segregación de estrógenes, suelen percibir un sabor de boca desagradable.
Estos cambios suelen ir asociados a episodios de vómitos y nauseas, que contribuyen a que este regusto en boca nada agradable.
Si, por cualquier motivo, no estamos realizando la digestión de manera adecuada, podremos sentir acidez, náuseas o reflujos gástricos, síntomas que terminan por generar mal sabor en la boca.
Este tipo de problemas es muy común en personas con sobrepeso o que no siguen una dieta equilibrada.
Además de las mencionadas, encontramos muchas otras razones por las que podemos sufrir mal sabor de boca: desde la sinusitis, que acumula mucosa en la garganta y deviene en un sabor desagradable en boca, hasta las enfermedades hepáticas.
Las personas que sufren de ansiedad también pueden notar mal sabor de boca debido a que este tipo de trastornos hace que se genere menos saliva y por tanto se produzca un sabor amargo en la boca.